La Revolución Industrial anunció la llegada de los tiempos modernos, pero no trajo consigo sólo el bienestar para los países industrializados, sino también múltiples problemas. Toni Pierenkemper examina las transformaciones técnicas, económicas y sociales del siglo pasado en toda su complejidad y todas sus contradicciones. Investiga su evolución en Inglaterra, Bélgica, Francia, Prusia y Rusia y demuestra que la industrialización no ocurrió al mismo tiempo ni de manera similar en los distintos países. El autor presenta la Revolución Industrial como un proceso a largo plazo que resultó acelerado o retardado en los diferentes países según los recursos económicos, las innovaciones técnicas y las iniciativas empresariales, así como por la magnitud y la cualificación de las fuerzas de trabajo.