Sobre las relaciones entre el Papa Pío XII y el nacionalsocialismo se han vertido ríos de tinta. Al margen de que una valoración definitiva no será posible hasta la apertura del Archivo Secreto Vaticano referente al pontificado de Pío XII (1939-1958), es preciso considerar otras dimensiones mucho más amplias, como serían las posturas de los Obispos frente a este movimiento neopagano, la celebración de un Concordato con el Estado alemán bajo Hitler, pero también la Encíclica "Mit brennender Sorge" de Pío XI y las valientes homilías del Obispo de Münster. De esa tensión entre Iglesia y régimen nazi forman parte también la persecución de sacerdotes y el hecho de que diversos grupos de resistencia al nazismo estuvieran anclados en convicciones religiosas o al menos se vieran influidos claramente por el pensamiento cristiano, o más concretamente católico. Todos esos aspectos, aquí estudiados, afectan a un tema polémico, que ha dado lugar a un debate basado frecuentemente en planteamientos muy reduccionistas.