La presente obra recrea el espacio como tema en la arquitectura y el arte contemporáneos, principalmente en el periodo que abarca desde los primeros años sesenta hasta finales de los ochenta, cuando la idea de espacio cobró un especial protagonismo. El análisis del papel del espacio en las artes se centra en la escultura y sus desbordamientos, de manera que se establece una especie de dialéctica entre el espacio arquitectónico y el escultórico, rastreando los ricos márgenes que se han generado en los límites de ambas disciplinas y que han dado origen a otros nuevos géneros en los que lo espacial aparece como una de sus características más definitorias. Sin pretender llega a hacer una "historia de la cultura" de una época o momento determinado, este ensayo intenta superar las metodologías al uso en historiografía del arte, así como los conceptos preestablecidos sobre las "distintas" artes para, sirviéndose de ideas y acontecimientos filosóficos, artístico, musicales, literarios y arquitectónicos, trazar un perfil del ambiente cultural que se respiró en Occidente tras la Segunda Guerra mundial. Para ello se sirve de un hilo conductor: la idea de espacio.