Escritor, erudito, mecenas, abogado, relator del Consejo de Estado, juez, Canciller del Reino, Consejero de Enrique VIII, embajador... y condenado a muerte por el mismo rey al que sirvió con lealtad. Tomás Moro es "el hombre del siglo XVI" cuya obra, y su vida entera, nos explican las causas y el desarrollo de la crisis de su época. Pero se ha dicho que "la hora de Tomás Moro" es también la hora del siglo XXI, o sea, es para nosotros ejemplo y programa. Escritor, erudito, mecenas, abogado, relator del Consejo de Estado, juez, Canciller del Reino, Consejero de Enrique VIII, embajador... y condenado a muerte por el mismo Rey a quien sirvió con lealtad maciza. Humanismo y Reforma constituyen la encrucijada de la cual, con su vida y con su muerte en el cadalso, Tomás Moro nos presenta, como en un espejo, el retrato palpitante de la lucha para mantener el ámbito de la libertad del individuo frente al poder organizado - que no siempre se identifica con el Estado -, el poder que pretende exigir no sólo una obediencia de hecho, sino también un asentimiento activo. Incluso en una sociedad libre y abierta, como es la nuestra, va en aumento la tendencia a uniformar las opiniones, sin tomar en consideración las convicciones íntimas y la autenticidad de la persona, recurriendo también a la coacción indirecta y hasta directa.