Tapani, un niño finlandés, encuentra en la playa un patito rojo de madera con una nota atada al cuello. En ella está la dirección del señor Frisch, que lo había tallado y lanzado al mar. Pasado algún tiempo, Tapani escribe una carta de agradecimiento por el juguete, pues gracias a él ha entrado en el equipo de fútbol. Cuando el señor Frisch recibe la carta, se anima a seguir tallando animalitos de madera con los que ganarse la vida.