La habitación trashumante es un viaje (estético) a la respiración caliente de las cosas. A todos de niños nos hablaron alguna vez del cuarto oscuro. Tal vez necesitemos creer en ese lugar legendario dentro de nosotros mismos. Este libro busca las coordenadas de ese cuarto oscuro para llegar hasta su umbral con una lata de gasolina en una mano y poesía en la otra. Lector, en ti está el optar por el incendio o por el ayuno entre los escombros de la metáfora. Tú eliges, monje o argonauta, el elogio de la materia o el vacío enamorado del funambulista. Adentrarse en la inhóspita trashumancia a contemplar la propia conciencia, la sangre y la piel, unas veces respirando sin miedo, otras ladrando a los perros que vienen de la oscuridad. En tus manos está revolver el amor con cuchara de plata y modales victorianos o con los dedos salvajes de la imaginación.