La controversia sobre la guerra de Sucesión española fue uno de los primeros ejemplos en Gran Bretaña de debate público de una cuestión nacional de primer orden con la participación completa de todos los medios de comunicación. Dicha contienda se ventiló a dos niveles: el enfrentamiento armado y la controversia mediática. En Inglaterra, mucho más que en España, las partes rivales acudieron con ardor a la prensa escrita en campañas no menos encarnizadas que las militares, influyendo indudablemente en la opinión pública, en las decisiones políticas, en el desarrollo de las campañas y en el resultado de las negociaciones. Por tanto, la guerra de Sucesión de 1702-1714 es un magnífico ejemplo para comprender el poder de la prensa y de la opinión pública en el desarrollo de los acontecimientos de su tiempo