"La guerra de Dios" aborda el estudio, en el ámbito de Cádiz y El Puerto de Santa María de fines del siglo XVII, de las prevenciones y los remedios espirituales contra la peste, resultado de la percepción de la enfermedad como un castigo divino; interesándose el autor por las causas de que una comunidad pidiera la intervención directa de Dios y se empeñara luego, aunque los hechos proclamaran lo contrario, en asegurar que ésta se había producido.