Diego López, natural de Valencia de Alcántara, fue uno de los más fieles discípulos de Francisco Sánchez de las Brozas, el Brocense, el gramático racionalista que tanto luchó por imponer en las aulas su gramática en detrimento de la de Antonio de Nebrija. Fueron muchos los comentarios que al Arte de Antonio encontramos, entre los que se encuentra la obra gramatical del Valentino, Commento en defensa del libro Quarto del Arte de Gramática del maestro Antonio de Nebrissa. Dicho comento fue reformado por el padre Juan Luis de la Cerda a finales del XVI. Y lo que hace el comentarista es apoyar la doctrina de las reformas introducidas por de la Cerda a partir de doctrina sanctiana. La figura del maestro de las Brozas subyace a lo largo de todo el comentario; aunque no le cita, la doctrina defendida en la mayoría de los casos es claramente sanctiana.