Desde su fundación en 1840, la vida del Archivo Nacional de Cuba ha estado sembrada de dificultades y carencias de recursos que aún persisten como consecuencia del bloqueo económico y comercial cuyas repercusiones afectan a todos los ámbitos: al político, al social y también al cultural. En lo que al Archivo respecta, la situación obstaculiza la adquisición de los materiales y equipos necesarios para la conservación de los documentos. Existe, con todo, una consecuencia positiva del embargo: las estrecheces han obligado a economizar recursos, a potenciar la investigación y a emprender acciones, tanto en la actividad preventiva como en la curativa, tendentes a alcanzar un desarrollo sostenible en el campo de la conservación. Las páginas de este volumen no versan propiamente sobre métodos de restauración; antes bien, el principal objetivo de esta publicación es transmitir las experiencias de los archiveros y restauradores del Archivo Nacional de Cuba, desarrolladas en un contexto de graves carencias materiales en el ejercicio de su actividad.