Hombre culto y gentil, amante libre, desprejuiciado y atento, GIACOMO CASANOVA (1725-1798) es una de las figuras más notables del siglo xviii, del cual dejó un magnífico retrato en sus extensas memorias, tituladas Histoire de ma vie. Extraído de este conjunto mayor ­«canto a la libertad del individuo y ruptura con las convenciones y los prejuicios morales e ideológicos de su tiempo», tal como las define Ángel Crespo, traductor del volumen, en su introducción­, LA FUGA DE LOS PLOMOS recoge el relato que hiciera el aventurero veneciano de su estancia durante más de un año y final huida de la tenebrosa cárcel de la República de Venecia conocida por este nombre. Más allá de la anécdota y del dramatismo de la peripecia, que las aproximan a la mejor ficción, estas páginas llaman hoy nuestra atención tanto por su testimonio del temple y la personalidad de su protagonista, como por la insuperable estampa de primera mano que ofrecen del mundo no tan luminoso del «siglo de las luces» y algunos de los personajes cotidianos que lo habitaron.