La formación del profesorado entendida como desarrollo docente a lo largo de toda la carrera es uno de los factores más importantes para mejorar el servicio público de la educación y avanzar en las garantías efectivas de este derecho a todas las personas. Promover políticas y prácticas en esta materia exige interrogarse acerca del modelo de profesor necesario, los contenidos culturales que han de seleccionarse y las capacidades y compromisos con la profesión que han de desarrollarse. Desde un conjunto de análisis y balances del pasado y el presente a la luz de las valoraciones plurales que aparecen en cada uno de los capítulos, el libro trata cuestiones abiertamente ideológicas e inexcusablemente prácticas, dimensiones teóricas y políticas, así como también institucionales, personales y prácticas. Se analiza la formación vigente y se proponen ciertas claves para pensarla y diseñarla de cara al futuro.