En esta obra, Putnam se aleja de las preocupaciones características de la filosofía analítica anglosajona, a la cual tanto ha contribuido a pesar de que últimamente se ha convertido en uno de sus críticos más acérrimos, para aplicar las teorías de Pierre Hadot, fallecido recientemente, a la filosofía de raigambre hebraica. Para Hadot la filosofía no sirve en realidad para resolver problemas abstractos sino que es una forma de vida. Esta filosofía hecha vivencia es la que encuentra el autor en la obra de cuatro pensadores judíos del siglo xx : Rosenzweig, Levinas, Buber y Wittgenstein. Una de las características mas originales de esta obra es que Putnam, devoto wittgensteiniano, encuentra nexos de unión entre éste y los anteriormente mencionados filósofos, un tratamiento cuanto menos insólito en la exégesis de Wittgenstein, cuya relación con el pensamiento hebreo es analizada en esta obra.