Lugares donde ya no estaremos nunca, los seres que no han podido acompañarnos ¿no son acaso una feria abandonada, los restos de la piñata y la verbena, el tiovivo mudo donde ya sólo gira el sol del tiempo? Bajo los trizados banderines, hay ahora otras atracciones, otros malabares silenciosos. Pequeñas orquestinas de sombra. Carromatos que no irán a ninguna parte. Extracto del libro Le enseñamos al niños fotos de su primer año. las odia. No soporta a ese extraño al nombramos con su nombre. me doy cuenta que mi hijo sabe, a los seis años, lo que yo pretendo ignorar: ese que sonríe en las fotografías no es él, ni soy yo quien lo abraza. Son otros, algo idiotas por estar tan quietos; sin sentido, como una colección ya terminada. Son otros y no los conocemos. ...pero no ha de haber compasión para esta tarde, como no la hubo jamás para ninguna. Julián López Medina