¿Es de verdad la familia motivo de esperanza? Una cierta ideología nos ha querido convencer de que la familia es, más bien, motivo de problemas y conflictos; que la familia solo complica la vida de las personas, introduciéndolas en espirales de violencia, incomprensión y, a fin de cuentas, sufrimiento. Las contribuciones contenidas en este libro ofrecen una respuesta muy diversa a la cuestión. La familia se ha demostrado, sin aspavientos, sin necesidad más que de seguir siendo lo que es, una permanente fuente de esperanza. Las ideologías que pretendían destruirla han generado ilusiones, fantasmas que al final dejan vacío o roto el corazón de las personas, recluyéndolas en su soledad. La familia genera esperanza, amplía el espacio vital de las personas, las hace salir de sí mismas, vincularse y crear lazos, para poder descubrir así un horizonte de trascendencia. En la gran cuestión del verdadero matrimonio, fundamento de la verdadera familia, se encierra la pregunta por el mismo bien y destino de la persona humana, el futuro de la humanidad y, por qué no decirlo con claridad, el destino de la propia Iglesia.