Los autores parten de la idea y el convencimiento de que para trabajar correctamente en la evaluación y tratamiento de las patologías vocales, el médico otorrinolaringólogo, el logopeda y el psicólogo han de colaborar en una acción conjunta de intercambio comunicativo con el fin de lograr un mejor entendimiento, diagnóstico y rehabilitación de los pacientes disfónicos.