El autor nos muestra en este libro de modo vivaz que podemos abrirnos inmensas posibilidades de desarrollo personal si unimos la capacidad de conocer la realidad mediante la inteligencia y el poder de transformarla y transformarnos a nosotros mismos. Y lo hace por vía de descubrimiento —no de mera enseñanza—, lo que resulta enormemente sugestivo y aleccionador, ya que, una vez iniciado el proceso de crecimiento, se siente uno impulsado a seguir la marcha. Es un libro creativo desde el comienzo, e incrementa la creatividad a medida que va realizando nuevas y más valiosas experiencias. Éstas, bien comprendidas y realizadas, son una fuente impresionante de energía. No es extraño que el libro culmine en la seguridad de que el valor existe y de que el conocimiento del bien y la verdad es fuente máxima de alegría. Esta seguridad es el fruto maduro de un proceso de búsqueda arduo y gozoso, a la vez.