Hace cuarenta años que zarpó el barco de la democracia española del 78. Y hace ya unos pocos, desde el estallido de la crisis económica y tras el lustro crítico del proceso independentista en Cataluña, que la quilla del navío zozobra. Todo aniversario invita a la recapitulación serena, y por eso hemos querido invitar a cuarenta jóvenes pasajeros a que contribuyan con cuarenta textos cortos a dibujar el paisaje de la travesía. Hemos buscado la máxima pluralidad ideológica y territorial. En sus contribuciones asoman viejos clásicos de nuestra peripecia colectiva (el abrazo de la Transición o el golpe derrotado del 23-F) y también acontecimientos recientes (como el 15-M o el auge del movimiento feminista). Pero también hay textos que discurren por otros márgenes: junto a reflexiones sobre qué puede ser la identidad española o las respectivas vivencias frente a los nacionalismos, hay anotaciones sobre la apertura de España al exterior, el cambio de modelo económico, también de costumbres, o el mundo de las referencias culturales compartidas, desde el universo de nuestras letras y patrimonio artístico hasta el de la canción o el del Camino de Santiago. Un concierto polifónico, por tanto, con un único tema en común: que lo peor de nuestra historia hace ya tiempo que queda atrás. Nuestro país ya no es ni debe volver a ser esa lúgubre España de Caín, que vaga errante por la piel de toro, sino la alegre España de Abel, que tiene motivos, si los busca, para mirar con optimismo el horizonte.