LA ESPADA DE MIRAMAMOLÍN Siglo XVII, reinado de Carlos II el Hechizado. Don Carlos Fernando de Austria, hijo natural y legitimado por Felipe IV y hermanastro del rey Carlos II, es enviado a los reinos de Andalucía para ocupar una canonjía vacante. La dudosa reputación de su madre y su posicionamiento en contra de una sucesión dinástica del linaje Habsburgo le han creado más de un enemigo en la Corte, que prefiere ver a don Carlos Fernando lejos del Rey, un hombre cuya autoridad se ve eclipsada por su débil condición, su carencia de herederos y las intrigas de palacio. Antes de partir hacia su nuevo destino, Carlos II le hace entrega del objeto más preciado de sus juegos infantiles: la espada de Miramamolín, en un acto emotivo con el que se despide de su hermano. Poco después de la toma de posesión de la canonjía en la catedral de Guadix, don Carlos Fernando se encargará de investigar un extraño suceso, conocido como las voces en el campo, del que deberá dar cuenta al Santo Oficio: voces desoladas y gemidos esperpénticos que los lugareños atribuyen a las ánimas del Purgatorio y que el Tribunal de la Santa Inquisición está dispuesto a aclarar para condenar al culpable.