Nos hallamos ante una nueva realidad social, marcada por la publicidad, la televisión, el alcance inmediato de la información, el mercado. Una realidad que nos lleva a la "cultura de la inmediatez", a no tolerar el tiempo de espera, a tener prisa, a querer el último modelo de un determinado producto, a no tener tiempo para distraernos y parar a no hacer nada, a no poder ponernos enfermos… En estas páginas se reflexiona sobre cómo los niños y las familias nos vemos arrojados a una sociedad que posee un engranaje del que formamos parte sin ser demasiado conscientes. La descripción de situaciones que pueden ser fácilmente identificables nos ofrece la oportunidad de regresar a una escuela y una sociedad pensadas y vividas desde el sentido común. La escuela slow describe una escuela respetuosa con los distintos ritmos de los niños y las niñas, el profesorado y las familias, en la que día tras día existe un ir y venir de relaciones y de momentos de vida cotidiana.