En los últimos treinta años se ha realizado una profunda transformación de la imagen de la infancia, que ha venido acompañada en particular- del desarrollo de un nuevo marco de ideas relativas a las notables competencias que los niños expresan ya en los primeros años de vida- en orden al desarrollo de sus experiencias y conocimientos. Los servicios para la infancia sobre todo las guarderías, pero también, más recientemente, las nuevas tipologías de servicios educativos para los niños y las familias sumergidas en la experiencia de las guarderías- han contribuido, en una medida absolutamente determinante, a apoyar esta nueva imagen de la infancia, sustentando al mismo tiempo a partir de los hechos- un proceso general en cuanto a la redefinición del papel educador del adulto. Así, también las familias- que desde siempre han sido protagonistas del proyecto de las guarderías- han podido encontrar en su relación con este servicio educativo para la infancia- un punto de apoyo para su función parental no tanto a través de las palabras de los expertos, sino más bien por medio de la posibilidad de elaborar y desenvolver positivamente el propio rol en la socialización y comparación de las experiencias. Por último, los ayuntamientos, protagonistas indiscutibles de las políticas para la infancia, vienen orientando desde hace tiempo sus actuaciones en vistas a fomentar el desarrollo de los servicios educativos, en el ámbito de una renovada atención en lo referente a promover las condiciones de un gobierno del sistema integrado de servicios que corresponda a las expectativas de respuesta calidad cada vez más conscientemente expresadas por las familias. La experiencia del Ayuntamiento de San Miniato, que presentamos en estas páginas, halla precisamente en estas características sus propios rasgos distintivos, que ya desde hace tiempo vienen siendo objeto de las atenciones y elogios de parte de numerosos observadores cualificados y de muchas otras realidades nacionales e internacionales.