Hoy ya es un hecho públicamente reconocido por las autoridades soviéticas que el llamado socialismo real está plagado de ineficiencia, burocracia, despotismo jerárquico e incapacidad para asimilar las nuevas iniciativas. Pero a menudo se ha pretendido que en la raíz de las «deformaciones» de la economía soviética se hallaba su desviación de algún modelo ideal de sociedad socialista que debería deducirse de la obra de Marx. En contra de estas propuestas, Nove analiza el legado de Marx para comprobar su clara in- suficiencia a la hora de construir una sociedad socialista. Tras analizar las conocidas debilidades del socialismo de tipo soviético, el autor se ocupa de los intentos de tercera vía, como Yugoslavia, y de los intentos de reforma económica en el Este, como Hungría, subrayando sus propios problemas y limitaciones, para después abordar las cuestiones más estratégicas de una posible transición al socialismo, tanto desde el capitalismo como desde el “socialismo real”; en este capitulo se estudia el clásico problema del significado y función de las nacionalizaciones. El capítulo final aborda el problema central de definir un socialismo factible, un socialismo eficiente y humano que su- ponga una superación real y no sólo nominal del capitalismo, y que además pueda ser concebiblemente construido en el tiempo de vida de un ser humano, prescindiendo de toda utopía intemporal. En conjunto esta obra es una lúcida apuesta por una sociedad socialista, y como tal provocará probablemente más rechazo en la izquierda ideológicamente conservadora que en la derecha.