La Unión Europea es una respuesta a los retos que la globalización de las relaciones socioeconómicas plantea sobre los sistemas políticos y jurídicos estatales. El proceso de integración europea trata de reordenar la creciente interrelación sociopolítica global mediante instrumentos jurídicos supranacionales. Su principal instrumento lo encarna el principio de primacía del Derecho europeo, elemento fundamental de la integración jurídica. Sin embargo, el estudio de la primacía del Derecho europeo sobre el nacional arroja al mismo tiempo demasiadas dudas de naturaleza constitucional: el déficit democrático del Derecho de la Unión, la cuestión fundamental de la soberanía, la erosión de las identidades culturales propias? Todos estos interrogantes aparecen cuando se estudia el principio de primacía desde la vertiente de las relaciones entre ordenamiento. Sin embargo, en esta obra, se pone de manifiesto que la primacía alberga una dimensión que favorece la constitucionalización de la Unión Europea en un sentido estricto: favorece la limitación del poder en garantía de derechos de los ciudadanos. Cuando se analiza el principio de primacía en casos concretos se transforma en un instrumento de invocación de derechos subjetivos de los ciudadanos frente a los poderes públicos. Se convierte en herramienta de garantía supranacional de la tutela de derechos subjetivos.