El tema de este libro es la crisis general que aquejó al período "moderno temprano" de la historia, crisis que no fue sólo política y económica, sino también social e intelectual, y que no se limitó a un solo país sino que se hizo sentir en toda Europa. Según el autor, la crisis que a mediados del siglo XVII se produjo en el gobierno, en la sociedad y en las ideas, tanto en la Europa continental como en Inglaterra, constituye el crisol de los sucesos revolucionarios de ese siglo.A través del estudio de la caza de brujas ("un tema que debe enfrentar quienquiera sienta el impulso de poner demasiado énfasis en la 'modernidad' de aquel período"), a través de la crítica de la interpretación weberiana de la relación entre calvinismo y capitalismo ("si los historiadores 'sociológicos' prodigaran una mirada general al calvinismo y examinaran el 'capitalismo' en general, creo que se verían obligados a modificar esta fórmula apasionante pero simple que Weber formuló"), y por medio del retrato de "tres extranjeros" -Samuel Hartlib, John Dury y Comenio-, tres hombres que "por su experiencia y sus ideas pertenecían a esa Internacional europea, y que pasaron a ser los filósofos de la revolución puritana inglesa en su combinación de reacción intelectual y novedosa utopía social", o dedicando un capítulo al estudio de "los orígenes religiosos de la Ilustración", Hugh Trevor-Roper descubre nuevos caminos para la comprensión de un momento seminal de la historia de Occidente: el momento en que se sentaron las bases institucionales e intelectuales de la comprensión moderna de la libertad, de la que somos herederosy beneficiarios."Hugh Trevor-Roper fue casi sin duda el más destacado miembro de la notable generación de historiadores británicos de la posguerra. [...] Fue un brillante ensayista y un formidable polemista, dueño de una prosa de estilo inigualable por su brío, color y precisión." Keith Thomas, 'New York Review of Books', 12 de abril de 2007