Durante los siglos XV, XVI y XVII el sistema cortesano evolucionó hasta alcanzar su cénit. Sería entonces, en el siglo XVII, cuando sus presupuestos fueron objeto de crítica por Thomas Hobbes y sus continuadores jusnaturalistas, que consideraban al hombre como un animal antisocial (Homo homini lupus), abriendo la brecha que conduciría hacia una nueva concepción de la Corte que eliminaba planteamientos religiosos y abogaba por una concentración de autoridad en el rey, conocida como absolutismo. El modelo cortesano era objeto de un cambio de perspectiva pero no era aún impugnado radicalmente. A pesar del predominio de la razón, la organización política de las Monarquías europeas seguía siendo el despotismo o absolutismo ilustrado. El "honnête homme" había sustituido al cortesano italiano como modelo. En esta obra se plantea el estudio de ese período no como el inicio de una nueva era, sino como el final de una forma de vivir y entender el mundo. Con estas premisas, se estudia la crisis de los valores que sustentaban el sistema cortesano y el nacimiento de un nuevo orden social y político. Podrá apreciarse un nuevo enfoque respecto a la interpretación tradicional de la crisis del Antiguo Régimen y del origen de la Edad Contemporánea cuyo punto de partida lo constituye un cambio cultural, la sensación de agotamiento de un sistema desde sus presupuestos ideológicos e intelectuales.