En el momento en que los ángeles caídos se rebelan, la clandestinidad se vuelve su mejor defensa, un escudo invisible que protege a quien no puede ver lo que el destino le depara. Del mismo modo, una coraza cubre el corazón de Crocell, el orgulloso Vigilante que un día dirigiera a los Ejércitos Infernales y que en la actualidad goza de una regalada existencia, ajeno a los sentimientos y abandonado a los placeres darcangelianos, reacio a dejarse vencer por su más difícil enemigo: el amor. Sin embargo, cuando los darcángeles Caliel y Kristel solicitan su ayuda para liderar su rebelión, descubrirá que en su interior también anida todo aquello que siempre creyó no poseer. Descubrirlo no le hará feliz, ¿pero sería capaz de soportar su pérdida? Amor, deber, rencor, odio
Ángeles y darcángeles son vulnerables a ellos, por mucho que luchen para no dejarse arrastrar por lo que su esencia les impulsa a hacer. Y su lucha se vuelve más enconada si, casualmente, ambas naturalezas se ven involucradas con alguno de ellos en concreto.