El propósito del presente trabajo es indagar cómo, a raíz de la conquista musulmana de la monarquía visigoda (711-718), varios grupos aristocráticos de la cornisa Cantábrica, vinculados al mundo indígena pero con fuertes conexiones también con el extinto reino godo, se reorganizaron bajo una idea de autoridad cristiana en Asturias. Al mismo tiempo que el centro y sur de la Península se asimilaban al mundo islámico después de la invasión árabe, este reducto insumiso de elementos hispano-visigodos se consolidaba en la estrecha franja atlántica del Cantábrico. Nos enfocamos en una región sin especial relevancia histórica hasta entonces, y que se distingue desde el siglo VIII con una transformación que resultará crucial para la futura Historia europea: mediante un despliegue sin precedentes de alianzas familiares, arte monumental, una sutil propaganda, el uso oportuno de la palabra escrita, y no poca fortuna militar, la realeza astur consiguió crear un regnum en condiciones de sobrevivir y crecer en el turbulento contexto de la Alta Edad Media. El estudio tiene como núcleo de nuestras pesquisas el espacio temporal entre Alfonso III y Alfonso IV (866-931), pero considera en general toda la época astur (722-1037), y pretende integrar la historia altomedieval hispana en el contexto del nacimiento de Europa en el marco Atlántico.