La presente obra es una reconstrucción de la historia de la comunidad juánica. Para ello, R. E. Brown se ha centrado ante todo en las páginas del cuarto evangelio, convencido de que en él se habla no sólo de Jesús, sino también de dicha comunidad. Por otra parte, el autor es consciente de los peligros que acechan a la hora de deducir las características de las primeras comunidades a partir de lo que los textos evangélicos dicen o silencian a causa de la situación social e histórica en la que fueron escritos. El estudio de Brown se divide en cuatro grandes apartados: los orígenes de la comunidad y su conflictiva relación con el judaísmo de la segunda mitad del siglo I; el modo de vida de la comunidad; las divisiones que sufrió, y la paulatina disolución de los distintos grupos que surgieron de ella. Los escritos de Juan muestran una comunidad cuya imagen de Jesús fue perfilada en un contexto conflictivo que indujo al antagonismo con los de fuera y al cisma entre los de dentro. Al igual que se manifiesta en Jesús, la palabra transmitida a la comunidad juánica se hizo carne en aquel momento histórico determinado.