En El Problema Final, Arthur Conan Doyle intentó perpetrar un crimen execrable: deshacerse impunemente de Sherlock Holmes, un personaje incómodo que eclipsaba su verdadera pasión literaria: la novela histórica de aventuras. La Compañía Blanca, en efecto, era su libro favorito, y antes de empezar a escribirlo leyó cerca de sesenta obras que versaban sobre aquel período histórico de las cruzadas: heráldica, cetrería, armería, etc., un torrente de conocimientos que le habrían permitido ser camarada del propio Sir Nigel Loring. La Compañía Blanca narra las peripecias y aventuras que acontecen a tres amigos: Alleyne Edricson, un joven e inexperto monje de la abadía de Beaulieu que sale por primera vez al mundo; Juan de Hordle, un gigante pícaro y esforzado, expulsado con deshonor de la misma abadía de Beaulieu; y Samkin Aylward, un diestro arquero curtido en un sinfín de batallas. Estos tres camaradas se encuentran en el camino y deciden enrolarse en la Compañía Blanca, a las órdenes de Sir Nigel Loring, caballero de armas y de honor, para guerrear en tierras españolas contra las fuerzas del rey usurpador. En este largo recorrido por Inglaterra, Francia y España, los tres amigos participarán en numerosas andanzas y aventuras, que Conan Doyle supo recrear con su maestría habitual. El volumen cuenta con las ilustraciones a color de todo un clásico de las aventuras: N.C. Wyeth.