Tres historias fronterizas de las muchas que se dan hoy en nuestras ciudades: la organización de la supervivencia de las comunidades de inmigrantes en edificios abandonados, la espontaneidad social y la mezcla cultural en un mercadillo informal, y la apasionada batalla de un grupo de jubilados en defensa de un trozo de terreno transformado en huerto. Espacios desechados y anónimos, nuevamente definidos por sujetos colectivos merced a una suspensión de la «norma» que les permite aprovecharlos. El viaje al interior de estos tres mundos es el punto de partida para una reflexión de carácter general sobre el significado de estos comportamientos urbanos, que la mayoría de las veces surgen de una condición de privación y una capacidad imaginativa y práctica para hallar soluciones alternativas, distintas de las tradicionales.