Después del inmenso éxito de La ecuación de Nenúfar, donde el autor reconoce habernos mostrado que la ciencia es ante todo un placer, Albert Jacquard entra aquí en la vida del sujeto, nos aclara ciertos conceptos oscuros y pone el acento en aquellas herramientas de manejo frecuentemente mal enseñado. Y nuestra metamorfosis en científicos puede comenzar… Este libro habrá logrado su objetivo si prueba a cada quien que es apto para explorar ciertos caminos dirigidos a algunos “campos básicos”, y a partir de aquí continuar el progreso.