Hay monumentos tan marcados por los acontecimientos históricos, sociales, políticos, religiosos, económicos y culturales, a los que se han dedicado numerosos estudis, que pretender resaltar a estas alturas del siglo XXI sus cualidades artísticas, podría parecer una terea innecesaria y fuera de lugar. Un caso de este tipo es el que ahora nos ocupa: la catedral de Burgos. Estamos ante una obra que fundamentalmente pretende ayudar a ver el conjunto catedralicio de Burgos, resaltando algunos de los aspectos que nos parecen más ignificativos, para que el interesado en ella acabe con una idea del valor que este conjunto ha tenido y tiene en la Historia del Arte.