En el número ocho de Plaza Gran Madre, al otro lado del Po, en la colina, en medio de la Turín bien, se esconde un pequeño mundo poblado de personajes pintorescos, un patio rodeado de corredores, cortinas, plásticos, ropa tendida, un mural en la pared del fondo,una pila con peces, y colgando del timbre una cara de Gargamel que se enciende...