El mundo virtual nos impide la posibilidad de un abrazo o de un silencio compartido. El lenguaje del corazón se teje también de miradas de diversas intensidades. En ocasiones no hay nada nuevo que decir, buscamos fundamentalmente y sobre todo acompañar y sentirnos acompañados. No ser conscientes de la dimensión psico-afectiva del hecho de estar presente puede ser el inicio de una filosofía equivocada de la comunicación humana. Somos seres sociales, y esta sociabilidad tiene unas exigencias que van mucho más allá del dato a conocer. Exigencias que se enmarcan en el ámbito de la cordialidad capaz de conceder una calidez que la técnica no puede otorgarnos. Miguel-Ángel Martí García, catedrático de Filosofía, nace en Valencia, 16 septiembre 1945. Cursa la carrera de Filosofía y Letras (especialidad de Filosofía) en la Universidad de Valencia, donde fue alumno de Carlos París, Manuel Garrido y José Luis Pinillos. El último año de carrera lo cursa en Barcelona donde tuvo como profe-sor a Emilio Lledó. En su estancia en Madrid, mientras preparaba las oposiciones, asiste a un curso de Julián Marías. Su interés siempre ha ido dirigido a la Antropología filosófica. Es autor de los siguientes títulos, de los cuales algunos han sido traducidos al italiano y al portugués: La intimidad, La tolerancia, La admiración, La convivencia, La madurez, La afectividad, La ilusión, La sensibilidad, La elegancia, La serenidad, El encuentro, El silencio, El tiempo, El agradecimiento, El sosiego, El estilo de vida, El optimismo, La alegría interior y Acuérdate de vivir. Además, es autor de dos novelas: Atardecer en el sur y Luz entre naranjos. En todos sus ensayos pretende hacer una analítica existencial en torno a la autenticidad del hombre.