Nada hacia presagiar que el autor pudiera estar algún día en el camino hacia la libertad financiera, aplicando el método que expone aquí, y que encontró en el lapso de tiempo que, ya jubilado, le costó escribir este libro.Huérfano de padres a muy temprana edad, conoció bien pronto qué significaban ciertas palabras carenciales tan comunes en la España postbélica. No se libró de ninguna. Las ocupaciones que tuvo a lo largo de su vida fueron múltiples y variadas, pero siempre trabajó a sueldo para otros. Así no se hace uno rico. Intentó mejorar su economía hasta una docena de veces por su cuenta o participando en negocios ajenos. No consiguió nunca que el éxito le sonriera, ni siquiera cuando patentó inventos, escribió otros libros, etc. Es cierto que adquirió una formación universitaria, que obtuvo a base de trabajar de día y estudiar de noche y que, si bien no le procuró una ocupación acorde con su nivel, le dio saberes y experiencias que siempre le sirvieron de mucho. ¿Tal vez político? ¡Ja, Ja! Es demasiado honrado para eso. ¿Acaso emprendedor? Sí. Obtuvo un master en Dirección de Empresas para embarcarse luego en diversos negocios y fracasos. ¿Alguna herencia bien invertida? No le hagas reír. Sólo heredó de sus padres una vulgar librería de madera barata que todavía conserva. ¿Alguna lotería, quiniela, bonoloto? Una vez se encargó de echar la quiniela de una peña que hacían en su lugar de trabajo entre unos cuantos amigos y se olvidó de llevarla a sellar. Tocó. Poco, que si no... ¿Pues? En este libro averiguarás cómo tú también podrás aplicar a tu vida la buena suerte.