Zambullirse en estas páginas no sólo significa descubrir, paso a paso, la historia de la virtuosa Lisbella y el infiel Leonardo, sino palpar el genio y la evolución técnica de Lope. Desde la elección del argumento, basado en una copla de música o romance popular muy conocido desde finales del siglo XV, el quiebro que imprime al tema hasta convertirlo en una refundición original, la asimilación de lecturas recordemos La Celestina-, el acopio de temas de actualidad no pasemos por alto el didactismo postridentino que algunos críticos han visto reflejado en el personaje de Lisbella-, hasta la técnica de suspensión empleada, tan adecuada a la teatralidad, son algunos de los hilos con los que está tejido este tapiz.Fechada antes de 1598, la obra pertenece a la primera época teatral de Lope, la de su aprendizaje y experimentación, y en ella apunta ya, con absoluta nitidez, la maestría del que mereció el elogio de Monstruo de la Naturaleza.La bella malmaridada, ubicada en Madrid, también dará ocasión de encontrar a los amantes de la historia de la ciudad: sus calles, sus barrios, sus ambientes, sus costumbres
un largo repertorio de lugares y circunstancias que perfilan el retrato del Madrid de finales del siglo XVI.