El afianzamiento en nuestra sociedad de la libertad de conciencia, el freecuente flujo de viajeros que tanta influencia tiene en hábitos y costumbres, la profundización a su vez del pluralismo, son factores que concurren a la presencia entre nosotros de muy diferentes formas de entender el hecho religioso. Lo que puede influir en numerosos aspectos de la vida cotidiana, desde la alimentación a la vestimenta, desde las celebraciones a tomas de postura ante la educación, la medicina o los horarios de trabajo. Europa superó afortunadamente la era de las guerras de religión, lo que no quita que existan roces, tensiones y conflictos. Pero éstos, aquí y ahora, se canalizan por los cauces jurisdiccionales: se cuenta con una rica jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que ha "pacificado" y encontrado solución a buen número de supuestos. En la obra se pasa revista a esta jurisprudencia, lo que resulta de enorme utilidad pues las decisiones de Estrasburgo han podido abordar y resolver la gran tipología de conflictos planteados. Jurisprudencia cuya incidencia en España resulta indudable por imperativo constitucional.