Mi familia es una mierda. Excepto mi abuela. Me crio, me educó y me soltó; ninguna de las tres tarea fácil. Así que mi abuela es mi madre. Todo comenzó cuando mencionó lo de su testamento, aquella fue la chispa que encendió estas páginas. Y un martes por la tarde me senté a escuchar su historia, porque me parece importante saber de dónde venimos. Mi abuela vive en este libro. Y tienes que conocerla. «Cuando en vez de vestidos solo pueda colmarla de flores y su sentido del humor no venga a reírse de mi pena, abriré este libro. Porque sigue viva en él. Por encima del cáncer, la muerte y la literatura.»