La exposición Kerry James Marshall: pintura y otras cosas, se configura como una de las muestras más amplias dedicadas a este autor norteamericano. La trayectoria artística de Kerry James Marshall (Birmingham, Alabama, 1955; reside en Chicago) se articula a través del tratamiento creativo de temáticas relacionadas con la vida, la cultura y la historia afroamericana abordadas desde múltiples ópticas, aportando así nuevas visiones a cuestiones relacionadas con la política racial, la representación cultural y la emancipación social. A lo largo de toda su obra, Marshall mantiene una constante reflexión acerca de la “negritud” (blackness), concepto fundamental desde el que se desarrolla todo su trabajo. Reivindicando lo que él denomina “lo negro”, idea polisémica cargada de implicaciones visuales, culturales y estéticas, se compromete a compensar la ausencia de cultura negra en los espacios museísticos, algo que considera está representado de forma marginal tanto en lo referente a la temática como en lo referente a los autores. Establece así una propuesta de contraarchivo como envés de la cultura visual dominante, lo cual provoca preguntas relativas a la legitimación, el poder y la marginalización dentro de la historia del arte. Para llevar a cabo esta compensación en favor del imaginario negro, Marshall abarca una gran variedad de medios visuales, muy especialmente la pintura. Todos estos medios son utilizados de forma experimental y autorreflexiva, como herramientas con las que llevar a cabo su propósito desde el compromiso ético con la lucha racial, puesto que tal y como afirma el autor: “Uno no puede nacer en Birmingham, Alabama, en 1955, y criarse en el Sur de Los Ángeles, cerca de la sede del Partido de las Panteras Negras, y no asumir cierto tipo de responsabilidad social”. Esta exposición, co-organizada por el Museo Reina Sofía, M HKA (Amberes), Kunsthal Charlottenborg (Copenhague) y Fundació Antoni Tàpies (Barcelona), reúne una selección de obras en torno a los diversos temas y motivaciones que el artista ha tratado a lo largo de su carrera y en la que es visible el compromiso estético y político del artista. La presentación del Museo Reina Sofía, coincidente en el tiempo con la de la Fundació Tàpies, se concentra en la obra pictórica anterior al año 2000, mientras que la de la Fundació muestra obra más reciente en diversos formatos.