Esta obra pretende mostrar cómo los niños de la posguerra supieron pasar por encima de las diferencias y odios ideológicos de su mayores, y unidos, organizar sus juegos, travesuras y aventuras, localizándolos en una pandilla de niños que vivían, en este caso, en la calle de Monteleón, de Madrid, asimilable a cualquier otra de España, y mostrando la variada gama de juegos que realizaron, muy superior a los que efectúan los niños del siglo XXI.
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