Cuando el duque de Sudeleigh descubre, para su horror y sorpresa, que su hija Elizabeth es la autora de varios artículos feministas (que en esa época son considerados «subversivos»), decide enviarla, junto a su hermana Isabella, a una boda obligada con lord Purfoyle. Pero Elizabeth, antes que casarse con un noble, prefiere hacerlo con cualquier otro, incluso con Douglas McKinnon, un rudo escocés que rescata a ambas hermanas de un accidente en el camino. Lo que Elizabeth no sabe es que ese pobre campesino es en realidad un importante aristócrata, heredero de una de las fortunas más cuantiosas de la comarca, y su padre el duque está más que contento con el nuevo pretendiente de su hija. Ahora es la propia Elizabeth, víctima de su propia trampa, la que decide iniciar una cadena de engaños que la conducirán inevitablemente a la ruptura con la persona que su corazón ha elegido, al menos que el amor pueda salvarlos.