Dentro del marco formativo de la Universidad, entendida ésta como universo, universo de personas, de culturas y acervos, se encuentra el esfuerzo investigador, cuyo sentido último es conocernos mejor.Ese conocimiento del yo y del otro es la clave para desmontar los sentimientos antisemitas, xenófobos y arcaicos, contra los que se tienen que seguir enfrentando las sociedades modernas.El estudio de Israel, del Judaísmo, forma parte del estudio de España, porque inmensa e indeleble fue la huella dejada por los judíos desde que en el siglo primero de nuestra Era vinieron a Sefarad.De tal manera esto es así que ser antisemita es algo parecido a ser antiespañol, antiuno-mismo, como sucede con ser anticelta, antirromano o antiislámico.Pero para llegar a esta conclusión es preciso adentrarnos con todo el rigor, en el apasionante mundo del Judaísmo, entendido éste como modo de vida, como raza, como Religión, como Derecho o como Cultura.