La vida de Juana de Arco fue breve, nació en Domrémy en enero de 1412 y murió diecinueve años más tarde. Su tierra fue destruida por la guerra de los Cien Años, un conflicto dinástico con Inglaterra que estalló en 1337. La educaron para que aprendiera las habilidades tradicionales de la mujer. Hacia los doce años empezó a oír voces sagradas que le hablaron de la necesidad de mantenerse virgen para poder salvar su alma. Más adelante, el mensaje fue otro: Juana debía coronar al delfín y liberar a Francia de los ingleses. Consiguió conocer al rey, a quien convenció para que la armara caballero y poder participar en el levantamiento de Orléans. Su presencia en el campo de batalla cambió los acontecimientos y los franceses se alzaron, después de mucho tiempo, con la victoria. Juana coronó al delfín en la ciudad de Reims. Pero su suerte cambió y Juana fue vendida a los ingleses, juzgada por los eclesiásticos y condenada a morir en la hoguera. La escritora Mary Gordon ahonda en los misterios que rodean la historia de Juana de Arco y explora las contradicciones y los secretos que la impulsaron de la oscuridad a la gloria. «La condujeron escaleras arriba y la ataron a la estaca. Pidió que sostuvieran un crucifijo ante sus ojos y un soldado inglés unió dos palos. Prendieron la hoguera; Juana desapareció entre las llamas.» Mary Gordon