Juana de Arco ha sido la única persona, no importa el sexo, que ha ostentado el mando supremo del ejército de una nación a la edad de diecisiete años. El relato de su victoria, muerte en la hoguera y rehabilitación, miniciosamente documentada por los procesos de la Santa Inquisición, constituye la gesta más asombrosa que nos ha dado la historia de Europa. Mark Twain siempre consideró a Juana como la mujer más admirable producida por la Humanidad, y a Recuerdos de Juana de Arco como la mejor de sus novelas.