La suntuosidad de los templos católicos y el impacto emocional de su liturgia han sido realzados a lo largo de la historia por diversas manifestaciones artísticas. Quizá la joyería sea entre ellas la más desconocida. En la provincia de Huesca, sin embargo, desde las donaciones a los santuarios bajomedievales hasta las elaboradas piezas populares del siglo XIX, numerosos lugares de culto se han visto enriquecidos con alhajas destinadas al ornato de sus imágenes y a la magnificencia de sus rituales: las ermitas de Salas y Cillas en la capital y la de Santa Orosia en Yebra de Basa, las catedrales de Huesca y Jaca, las iglesias de Alquezar, Ansó, Panticosa... Todos los conjuntos altoaragoneses de joyas religiosas localizados hasta ahora son analizados por Carolina Naya desde una novedosa perspectiva histórico-artística que no olvida tampoco su carácter devocional. La estructuración cronológica del estudio permite a la autora vincular la sucesión de estilos, materias y técnicas con la evolución de la joyería artística europea e insertar las piezas en su contexto cultural. Un cuidado aparato gráfico contribuye a mostrar estas poco divulgadas obras artísticas en todo su esplendor.