En Sofía, Bulgaria, a finales de los ochenta, la vida bajo el anquilosado régimen comunista no puede ser más lúgubre. En el viejo edificio de la Escuela de Música para Jóvenes Talentos, la mayoría de los profesores trata a sus alumnos como si la música que les enseñan no tuviera ningún poder para conmoverlos. Konstantin, un pianista de quince años y talento excepcional, confinado en la escuela durante la mayor parte del día, no pierde ninguna oportunidad de manifestar su rebeldía: fuma, bebe, se burla de las formalidades del partido
Inteligente y arrogante, divertido pero cruel, se debate entre el deseo de sobresalir y el de fracasar estrepitosamente. Pese a todo interpreta apasionadamente a los grandes maestros. El aprendizaje de cada pieza es un nuevo reto que le revela exquisitos matices y el piano, un refugio de la realidad, pero también la cadena que lo mantiene unido a ella y que quizá pueda sacarlo del país. Hipnótica e incisiva, Jóvenes talentos es una cautivadora narración sobre la angustia adolescente y un deslumbrante retrato de la vida tras el Telón de Acero que nos habla del poder redentor de la música.