Antes de 1809-1810, el Reino de España y de las Indias presentó una complejidad jurídica y conceptual difícil de precisar: una estructura jerárquica y una organización del poder político y administrativo en un grado creciente de racionalización, y de centralización y «españolización» de los altos cargos judiciales y mandos militares. Y así se nos ofrece, a partir de fuentes primarias de gran valor documental, un José Pablo Valiente en cuatro décadas de servicio en la Península y en América, en su dedicación en puestos diferentes de ultramar y en la metrópoli. El libro reconstruye y confronta al personaje con una época que encierra a su vez varias coyunturas contradictorias, y con la visión deformada, transmitida hasta ahora, del sujeto, afectado por los cambios políticos que se precipitaron y ante los que viró hacia un retorno imposible al mundo que había conocido en las colonias, alterado durante el ciclo de las guerras napoleónicas ¿atlánticas y peninsular¿, desaparecido del todo mientras se aferraba a las certidumbres en las que se había formado y a las que había dedicado una vida de servicio al rey, en la que había hallado la forma de mejorar su patrimonio gracias a las estrechas relaciones fraguadas con la sacarocracia cubana. No en vano, el nombre de Valiente queda asociado al fomento del comercio de esclavos y de la gran plantación azucarera, y a la liberalización del comercio con aliados y neutrales que haría de Cuba la perla de las Antillas.