En el contexto del debate sobre la calidad de las intervenciones educativas, este libro presenta el proceso de investigación científica como una competencia profesional esencial al servicio de la mejora de las prácticas de enseñanza y aprendizaje. Dirigido a estudiantes, profesores y profesionales que intervienen en los diversos ámbitos de la educación, centra su atención en el importante papel que la investigación, y particularmente las evidencias que proporciona, puede tener para ayudar a orientar las decisiones en relación a dos momentos centrales: la fundamentación y la evaluación de las prácticas en el ejercicio de la actividad profesional.