Inventario repasa, con precisión y mucho humor, un ordenado catálogo de inventos disparatados, donde el juego y la crítica bienintencionada campan a sus anchas: la cronocomba (una comba que sirve para pasar el tiempo hacia delante o hacia atrás), el Pensacómic, el recuperador de balones, el detector de verdades (que «funciona como el de mentiras, pero de verdad») o el levitador de profesoras de matemáticas son algunos ejemplos. El libro incluye anotaciones y advertencias al lector, además de anuncios publicitarios.
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