La obra ofrece una última reflexión sobre la filosofía del historicismo y sobre su indesligable historia; parte del convencimiento de que el historicismo no es tanto una Weltanschauung o una cultura, sino precisamente una filosofía problematista. Ésta se erige arraigada desde el valor fundamental de la individualidad, concibiendo los vínculos de los individuos existentes (constitutivamente coexistentes) como constructores responsables de sí mismos y de la propia historia. Conocimiento historiográfico, filosofía de lo individual y concreto, historia de la cultura, son los puntales de un historicismo del cual y de cuya tradición el autor, reconocido no sólo en Italia como el más reputado teórico actual del historicismo, destila una consciente filosofía.